Es un conjunto de funciones y procedimientos (métodos) que se usan para diseñar e integrar el software de diferentes aplicaciones.
Permite que varias aplicaciones se puedan comunicar entre sí, por más que estén desarrolladas en lenguajes de programación completamente distintos.
En el contexto de las API, la palabra aplicación se refiere a cualquier software con una función distinta.
La interfaz puede considerarse como un contrato de servicio entre dos aplicaciones. Este contrato define cómo se comunican entre sí mediante solicitudes y respuestas.
La documentación de la API contiene información sobre cómo los desarrolladores deben estructurar esas solicitudes y respuestas.